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En que consiste

Es, probablemente, una de las dietas de adelgazamiento con menos fama de dieta milagro. Sin embargo, es la preferida por los especialistas más serios, ya que presenta importantes ventajas para la salud (demostradas desde hace muchos años por multitud de estudios y por la longevidad de las poblaciones que la practican) y se puede mantener sin dificultad a largo plazo, ya que resulta económica, variada y apetecible. No de todas las dietas puede decirse lo mismo, ni mucho menos.

 

Que la Dieta Mediterránea es buena para la salud es mucho más que una simple opinión generalizada. El último estudio que lo ha corroborado, realizado en España durante cinco años sobre 7.500 personas por 17 equipos de investigación integrados en el CIBERobn (Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición) ha dado un respaldo más a una dieta que es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

El mencionado estudio, publicado en "The New England Journal of Medicine", indica que seguir la Dieta Mediterránea supone un 30% menos de riesgo de sufrir un accidente vascular serio (por ejemplo, infarto de corazón o cerebral), en comparación con el grupo de control que se limitó a reducir la ingesta de grasas. Esto, por sí solo, sería ya más que suficiente para adherirse a la Dieta Mediterránea con una convicción absoluta, sobre todo si se tiene en cuenta que a los participantes no se les impuso ninguna restricción calórica.

 

De forma resumida, la Dieta Mediterránea se basa en una combinación equilibrada de alimentos saludables, con abundancia de vegetales (verduras, legumbres, hortalizas, frutas, pan, pasta, arroz, frutos secos...), el uso del aceite de oliva como grasa principal y un consumo moderado de pescado, aves, huevos, lácteos y vino. Por su parte, las carnes rojas se consumen pocas veces y productos insanos como carnes elaboradas, dulces, refrescos o  embutidos quedan desterrados o se consumen de forma excepcional.

 

Esta dieta garantiza una nutrición equilibrada, variada y saludable: bajo contenido en ácidos grasos saturados y alto en monoinsaturados, fibra e hidratos complejos. Además, es rica en antioxidantes. Muy poco que ver, por tanto, con las dietas que se siguen en el norte de Europa y Estados Unidos: carnes rojas, grasas animales, carnes elaboradas (hamburguesas, salchichas...), refrescos y demás alimentos que tanto daño están haciendo a esas sociedades. Y que, por desgracia, tan bien están sabiendo exportar a los países mediterráneos y al resto del mundo.

 

La Dieta Mediterránea tradicional ha sido puesta al día por una serie de instituciones y expertos internacionales. La finalidad ha sido validar de forma científica todos sus ingredientes y facilitar su incorporación a las sociedades desarrolladas modernas. El consenso al que han llegado puede sintetizarse en la pirámide alimenticia de la Dieta Mediterránea.

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Beneficios de la DM para prevenir y curar las enfermedades 

 

Beneficios de la dieta mediterránea para la salud cardiaca: 

La investigación ha demostrado que la tradicional dieta mediterránea reduce el riesgo de enfermedades del corazón, de hecho un análisis reciente sobre más de un millón y medio de adultos sanos demostró que su consumo se asoció directamente con un menor riesgo de mortalidad global y cardiovascular, así como la reducción en la incidencia de cáncer o una menor incidencia de enfermedades de Parkinson y Alzheimer.

 

Estas investigaciones han estimulado a que la mayoría, si no todas las organizaciones científicas más importantes del mundo, animen a los adultos sanos a  incorporar este estilo de comer conocido como dieta mediterránea, para prevenir las principales enfermedades crónicas.

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La DM y sus efectos en la prevención de enfermedades cardiovasculares:

Los beneficios de la dieta mediterránea para la salud cardiovascular han quedado demostrados con el estudio español Predimed (Prevención con la dieta mediterránea), un trabajo de diez años de duración y en el que participaron 7.447 voluntarios y un equipo multidisciplinario de investigadores, médicos, nutricionistas y epidemiólogos de toda España. El estudio Predimed ha comparado los efectos de la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos con una dieta de control baja en grasas. ¿Las conclusiones? La dieta mediterránea reduce en un 30 % el número de accidentes cardiovasculares tales como infartos de corazón y ataques cerebrales. Estos resultados se han presentado el 25 de febrero en la prestigiosa revista científica The New England Journal of Medicine.

El doctor Ramón Estruch, investigador principal y coordinador del estudio Predimed y médico del departamento de Medicina interna del Hospital Clinic de la Universidad de Barcelona, conversó con Doctissimo sobre los resultados de este ambicioso trabajo que, como señala, “es el primero que demuestra con el máximo rigor científico que la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra y frutos secos protege frente a las complicaciones cardiovasculares: infarto de miocardio, accidente vascular cerebral y muerte de causa cardiovascular”.

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La Dieta mediterránea contra las enfermedades inflamatorias:

Ante la influencia que la alimentación tiene en las enfermedades inflamatorias, la dieta mediterránea se posiciona como la mejor manera de sobrellevar con salud esta patología, según se puso de manifiesto en la reciente reunión del XLIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Reumatología que se ha celebrado en Bilbao. En ella participó Luis Serra, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, quien argumentó que la dieta mediterránea “emerge como la mejor opción en nuestro entorno geográfico, incorporando siempre frutas y verduras, cereales integrales, legumbre, pescado azul, frutos secos, vino con moderación y aceite de oliva virgen extra, entre otros.

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Dieta mediterránea contra la enfermedad neurodegenerativa:

La dieta mediterránea puede jugar un papel importante a la hora de frenar la aparición de enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer, ya que contiene nutrientes como los antioxidantes (frutas y verduras) y ácidos omega3 (pescado azul) que ayudan a prevenirlas. La investigación está en marcha.

En una sociedad longeva como la nuestra, cada día aumenta el nivel de prevalencia de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, la demencia, el párkinson.

El doctor Pérez de la Cruz, jefe de la Unidad de Nutrición del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada. subraya que una dieta inadecuada es uno de los factores que pueden generar una enfermedad neurodegenerativa. Por ese motivo están abiertas varias líneas de investigación que intentan ligar, por ejemplo, la prevalencia y evolución del alzhéimer con distintos tipos de nutrientes, como los antioxidantes y ácidos omega3.

“Me he quedado sorprendido de las grandes posibilidades que tiene la dieta mediterránea como unificadora de todo este tipo de nutrientes”, señala Pérez de la Cruz quien, no obstante, precisa que hay que seguir con los estudios ya que por ahora “no hay evidencias claras de la eficacia de estos nutrientes, pero no porque no las tengan, sino porque es muy difícil de demostrar y de encontrar una sola causa”

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Los beneficios de la dieta mediterránea para el ácido úrico:

De acuerdo con estudio publicado en el  Journals of Gerontology Series A: Biological Sciences and Medical Sciences, el seguimiento de una dieta mediterránea es asociado con un menor riesgo de hiperuricemia, definida como una concentración de ácido úrico en sangre superior a 7mg/dl en los hombres y a 6mg/dl en las mujeres.

 

La hiperuricemia se ha asociado con el síndrome metabólico, la hipertensión, la diabetes mellitus tipo 2, la enfermedad renal crónica, la gota y la morbilidad y mortalidad cardiovascular. La dieta mediterránea se caracteriza por un alto consumo de frutas, verduras, legumbres, aceite de oliva, frutos secos y granos enteros, así como con un consumo moderado de vino, productos lácteos y aves de corral, y un bajo consumo de carnes rojas, bebidas dulces, cremas, y pasteles. Debido a sus propiedades anti-inflamatorias y antioxidantes, la dieta mediterránea podría desempeñar un papel importante en la disminución de las concentraciones de ácido úrico en sangre.

El estudio:

El estudio fue llevado a cabo por la Dra Marta Guasch-Ferré y otros 11 investigadores y es el primero en investigar, en personas mayores, la relación existente entre el seguimiento de una dieta mediterránea y el riesgo de hiperuricemia.

El estudio, que duró cinco años, analizó a 7.447 participantes asignados a una de estas tres dietas de intervención: dos eran dietas mediterráneas enriquecidas con aceite de oliva extra virgen o con frutos secos y la tercera era una dieta baja en grasa. Los participantes eran hombres de entre 55 a 80 años y mujeres de 60 a 80 años que estaban libres de la enfermedad cardiovascular, pero que tenían diabetes mellitus tipo 2 o estaban en riesgo de enfermedad cardiaca coronaria.

 

Los resultados del estudio

Los resultados demostraron los efectos positivos para la salud del seguimiento de una dieta mediterránea en adultos mayores.

 

Estas son las principales conclusiones obtenidas del estudio:

  • Los mayores descensos en los niveles de ácido úrico se produjeron entre aquellas personas que al inicio del estudio ya tenían por costumbre seguir una dieta mediterránea.

  • El consumo de menos de una porción al día de carne roja en comparación con un consumo más alto está asociado con un 23 por ciento menos de riesgo de padecer hiperuricemia. La razón puede ser el alto contenido de ácido graso saturado de la carne roja, que se ha asociado con inflamación y con la resistencia a la insulina

  • El consumo de pescado y mariscos aumentó la prevalencia de la hiperuricemia, debido probablemente a su alto contenido en purinas.

  • Beber más de siete copas de vino por semana aumentó la prevalencia de la hiperuricemia. Aunque se reconoce que el consumo moderado de alcohol se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, y que los polifenoles del vino tienen propiedades endoteliales y anti-inflamatorias beneficiosas, no es sorprendente que los presentes datos sugieran que el consumo de alcohol podría aumentar el riesgo de hiperuricemia , ya que disminuye la excreción de ácido úrico y aumenta la producción de urato. Sin embargo, existen estudios que no asocian el consumo moderado de vino con un mayor riesgo de incidencia de gota, pero sí el consumo de cerveza y licores.

  • El consumo de legumbres y salsa de sofrito redujo la prevalencia de la hiperuricemia. Las legumbres son una excelente fuente de proteínas, fibra, vitaminas y minerales. El consumo de legumbres se asoció con beneficios para la salud tales como mejorar el nivel de lípidos, el metabolismo de la glucosa, y la inflamación. El sofrito es un componente tradicional de la dieta mediterránea elaborado con tomate,cebolla, especias, ajo,  cocinado a fuego lento y con aceite de oliva. Su alto contenido en antioxidantes hace que sea anti-inflamatorio, lo que reduce el daño oxidativo.

  • Las propiedades antioxidantes y anti-inflamatorias de la dieta mediterránea pueden desempeñar un papel importante en la disminución de los niveles de ácido úrico.

 

Los presentes hallazgos proporcionan evidencia de los beneficios de los hábitos alimentarios saludables en el control de la hiperuricemia. Es más, el descenso en los niveles de ácido úrico en los participantes se consiguió únicamente con el seguimiento de una dieta mediterránea, sin necesidad de pérdidas de peso ni de un incremento de la actividad física. El papel que juega la dieta mediterránea en la disminución del riesgo de hiperuricemia podría explicarse por el efecto que tiene sobre la mejora de resistencia a la insulina que ha sido relacionado con la reducción de la excreción renal de ácido úrico. La hiperuricemia se ha asociado con mayores concentraciones de varios marcadores inflamatorios, debido a que la dieta mediterránea posee propiedades antioxidantes y anti-inflamatorias, puede desempeñar un papel importante en la disminución de los niveles de ácido úrico.

 

En resumen, los resultados del estudio proporcionan una evidencia prospectiva de que la dieta mediterránea se asocia con un menor riesgo de hiperuricemia en ancianos con alto riesgo cardiovascular

 

Enlace al estudio:

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Los beneficios de la dieta mediterránea en pacientes con cáncer de próstata:

Científicos de la Universidad de California San Francisco han publicado en la revista JAMA Internal Medicine que demuestra los beneficios de que los varones diagnosticados con cáncer de próstata no metástasico tengan una dieta rica en grasas vegetales en lugar de grasas animales como recomienda la dieta mediterránea.

El equipo, dirigido por Erin Richman, analizó a 4600 hombres que habían sido diagnosticados de cáncer de próstata entre 1986 y 2010. La principal conclusión que sacaron es que aquellos que habían reducido los carbohidratos de su dieta en un 10% y los habían cambiado por grasas vegetales reducían las posibilidades de que el tumor se reprodujera en un 30%. En concreto, el hecho que consideraron más relevante los investigadores fue la ingesta de una cucharada sopera de aceite de oliva y 30 gramos de frutos secos.

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