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Recomendaciones para los padres
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Sea un modelo a imitar, siguiendo un patrón de alimentación que se adhiera lo más posible a la dieta mediterránea (Ver características de la dieta mediterránea).
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Sea paciente y tenga en cuenta que los gustos de los niños cambian con el tiempo. Puede tomar hasta 20 intentos durante semanas y meses hasta que acepten un nuevo sabor o textura.
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Prepare diferentes platos al estilo Mediterráneo, para ayudar a sus hijos a disfrutar de una amplia gama de sabores, colores y texturas.
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Descubra nuevos sabores mediterráneos junto a su familia. Presente una pequeña cantidad de un nuevo alimento cada semana, para alentar la variedad.
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Mantenga a la vista diferentes tipos de frutas: manzanas, clementinas, naranjas, uvas, peras, melones, piña, etc. Y sírvalas como postre y merienda.
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Para una comida diferente, rápida y entretenida prepare con las sobras y los alimentos que tiene a mano, porciones moderadas de 6 u 8 diferentes alimentos y dispóngalos en platos o cuencos coloridos. Por ejemplo: rebanadas de pavo frío o salmón ahumado, algunas zanahorias baby o palitos de zanahoria, puré de garbanzos o hummus, queso en cubitos, pastas, pancitos o galletitas integrales, lechuga con un aderezo favorito, rodajas de manzana, aceitunas y varios encurtidos. Los niños suelen disfrutar de una selección así.
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Permita que la familia participe en la preparación de las comidas. Deje que los niños pequeños laven las frutas y verduras en el fregadero; que los niños mayores corten las verduras, mezclen la pasta, aderezen la ensalada y pongan la mesa. Los niños que aprenden habilidades básicas de cocina, las aprecian más tarde en su vida y tienen un legado para pasarles a sus hijos.
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Deje y anime a sus hijos pequeños a jugar con la comida.